Barcelona

Proyecto JM

Una vivienda que respira calma: diseño coherente, materialidad honesta

Esta vivienda no se limita a ser funcional: es una declaración de principios. Cada rincón está pensado para transmitir serenidad, orden y belleza sin artificios. El concepto se basa en la armonía entre materiales nobles, luz natural y una estética minimalista que nunca cae en lo frío.

Desde la entrada, el suelo de madera clara guía el recorrido con suavidad. Las vetas sutiles del roble o fresno aportan textura y calidez, mientras que las paredes blancas actúan como lienzo neutro para que la luz fluya libremente. No hay estridencias, solo proporción y equilibrio.

La cocina, corazón de la vivienda, se abre al salón sin barreras visuales. La encimera de mármol blanco se repite en detalles como mesas auxiliares y repisas, creando continuidad. El mobiliario sin tiradores refuerza la limpieza visual, y los electrodomésticos integrados desaparecen en la arquitectura.

En el salón, los muebles bajos y de líneas rectas permiten que la vista se extienda hacia el exterior. Una gran ventana enmarca un paisaje natural que cambia con las estaciones, convirtiéndose en parte activa del diseño. La iluminación empotrada y las tiras LED bañan el espacio con una luz cálida y envolvente.

Los dormitorios siguen el mismo lenguaje: madera clara, textiles neutros y ausencia de elementos superfluos. Las camas se apoyan sobre plataformas integradas, y los armarios se camuflan en paneles lisos que respetan la geometría del espacio.

El baño es un oasis de piedra y luz. El mármol vuelve a aparecer en lavabos y duchas, acompañado por grifería negra mate que aporta contraste y sofisticación. La continuidad de materiales refuerza la sensación de unidad.

Cada elemento está cuidadosamente seleccionado: mármol, madera natural, metal negro y tejidos suaves. No hay decoraciones innecesarias, solo formas puras y materiales honestos que envejecen con dignidad.

Esta vivienda demuestra que el verdadero lujo está en la coherencia, en el silencio visual y en la capacidad de crear atmósferas que invitan a habitar, contemplar y respirar.